Lunes, 29 de octubre de 2012 - 3:00 am
Jorge Luis Hidalgo Castellanos
Las ofrendas en Tailandia no son novedad. Se hacen diariamente en las mañanas a los monjes budistas y a los espíritus de las casas y viviendas de todo el reino. Pero las que se convidan anualmente a las ánimas con el fin de mitigarles su largo ayuno recuerdan las que los mexicanos brindamos en noviembre a nuestros muertos con la diferencia de que en México se da ofrenda a todos los fieles difuntos mientras que la tradición budista alimenta a las alma hambrientas que cumplen castigos.
De origen chino, la tradición popular de dar de comer a los fantasmas se impuso en varios países que profesan el budismo, en una combinación religiosa-tradicional que conmemora la comunidad china en Tailandia, particularmente en el sur del reino.
Se conoce como el festival de las ánimas hambrientas y se organiza durante quince días en el séptimo mes lunar chino, que coincide con el noveno tailandés, normalmente en septiembre u octubre de cada año gregoriano. La costumbre deriva del budismo en el que se tienen seis estados del Samsara, la existencia condicionada, el viaje eterno, en la que los seres renacen y que está determinada por el karma. El Samsara es un ciclo de vida-muerte-renacimiento; es el proceso en el que el karma lleva a renacer.
Preta es el estado donde se encuentran las almas que fueron castigadas por mal comportamiento y que están en una especie de limbo en el que a pesar de tener apetito no pueden comer. Esa es la pena a la que fueron condenadas. Sin embargo, las almas hambrientas (Preta) reciben la piedad de los seres humanos quienes les ofrecen una vez al año alimentos. A esas almas se les representa con grandes panzas vacías, bocas diminutas y cuellos delgadísimos por los que no puede pasar alimento alguno.
Siempre tienen un hambre insaciable que representa la obsesión, la adicción y la compulsión.
En la novela de Anne Berry “The Hungry Ghosts” se hace una descripción del festival en el que se ofrecen viandas a los ancestros que han muerto y que la tradición china representa con lechones y cerdos laqueados, frutas y pasteles pues conforme a la tradición oral china, y así lo creen, los espíritus de los familiares regresan al mundo para tomar las ofrendas de sus descendientes vivos. Esto puede ser, de acuerdo con algunos estudiosos, que tenga como origen el sincretismo de la devoción a los ancestros de confusionismo con el preta hindú-budista.
En Camboya se realiza un festival religioso llamado Pchum Ben, el día de los antepasados, durante el decimoquinto día del décimo mes jemer, en septiembre-octubre, al final de la cuaresma budista. En esa fecha, los camboyanos ofrecen comida a sus familiares fallecidos de hasta siete generaciones anteriores, mientras los monjes entonan cánticos (suttas) en idioma pali durante la noche, velando hasta que las puertas del infierno se abren para que las ánimas castigadas (Preta) puedan salir temporalmente a saciar su hambre. Esas ofrendas representan también méritos que los familiares vivos hacen en beneficio de los muertos para que su penar acabe pronto. Ceremonias similares pueden verse en Sri Lanka y en Taiwán.
En Phuket, una isla turística tailandesa se realiza el Ngan por Dtor, el festival de las ánimas hambrientas a fines de agosto, donde al final de la celebración se encienden linternas en forma de flor de loto, hechas de papel, que se dejan sobre el agua de los ríos para que guíen a las almas en su regreso al inframundo. Se cree que al apagarse la linterna, el alma ya ha retornado por el camino correcto. Es una costumbre religiosa que data de más de un siglo y donde además de tazones de arroz, pasteles y cerdo asado se representan operas chinas y espectáculos de títeres.
En otra región de Tailandia, en el oriente de su territorio, también se llevan a cabo festivales similares (Pee Ta Khon) pero entre marzo y julio de cada año según lo diga un médium. El más famoso es en San Sei, en la provincia de Loei en la región de Isán.
El día de muertos mexicano, con su sincretismo religioso y cultural no es exclusivo para las almas hambrientas pues tanto las ánimas como los vivos aprovechan para comer bien.
Copyrights 2012. Texto: Hidalgo
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interesante tu articulo. éxitos
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