lunes, 30 de diciembre de 2013

Recuento y despedida

Desde Bangkok

Tres años en Siam

Publicado el 30 de diciembre de 2013 en la sección Imagen del Diario de Yucatán

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

La despedida fue de madrugada. Había sueño y tristeza en la mirada pero también esperanza. El avión saldría del Suwanapúm (Suvarnabhumi) antes del amanecer. Se dejaban tres años de vida, de experiencias, de trabajo, de aprendizaje y de sonrisas. Una etapa más terminaba para dejar que otra comenzara brindando la incertidumbre propia del porvenir, afortunadamente en un lugar cierto y también sorprendente, incluso mágico o surrealista.

No obstante la temprana hora el calor se sentía en ese país tropical del sureste asiático donde la corbata y el traje salen sobrando haciendo de la guayabera, el barong  tagalog o la filipina una necesidad. Las sandalias o calzado cómodo y bajo son lo usual en los súbditos de un reino en el que llueve mucho y para quienes el agua es un elemento familiar con el que han convivido miles de años. Nagá es su diosa, a ella le ofrecen los krathongs anualmente, con cánticos y ritos simples. Hay tanta agua que originalmente las casas se contruían sobre palafitos y los poblados tenían canales para drenar el terreno y a la vez servir para transportarse. Muestra actual del antiguo Siam son los mercados flotantes como el de Damnoen Saduak. Similitud con Xochimilco o con algunos lugares del sureste mexicano.

La ciudad de los ángeles o Krungthep, como se le conoce a Bangkok, guarda secretos y rituales que no se conocen en tan poco tiempo, como tampoco se comprende completamente el Songkran, la monarquía, el budismo y El Ramakien. Pensar que las creencias en el palad jik o el nang kuak, los katoey, los talismanes, los adivinos, el masaje y el muay thai son banales o puro folclor sería demeritar siglos de tradición y cultura.

El buda esmeralda, el reclinado y el Gran Palacio o el del amanecer (Arún Wat) con los yakshas y los singhas gigantes que los resguardan acaban por ser cotidianos después de un tiempo, pero siempre majestuosos. La danza de Pichet Klunchut y las marionetas de Joe Louis son solo ejemplos de las artes tailandesas, así como la seda y las porcelanas celadón y becharóng. Siam Niramit en Bangkok, junto con FantaSea en Phuket son espectáculos de calidad que ayudan a conocer Tailandia, su historia y su cultura, cuya base es el arroz, pero cuya gastronomía es amplia, rica y variada.





Las kinnaríes, con sus pequeñas alas, que ofrecían mangostín y durian, junto a las voluptuosas apsarás con sus danzas milenarias que inspiraron la escritura estos tres años quedarán en el recuerdo como un fabuloso sueño salido de un palacio siamés o de los templos en cuyos corredores están plasmados murales antiguos que recrean pasajes de El Ramakien. Rama y Hanumán y sus ejércitos combatiendo a los demonios de Thotsakán (Rávana) para rescatar a la hermosa Sita. Las estupas de los miles de templos budistas e hindúes del reino serán, junto con los elefantes y garuda, el dios alado y sello oficial, símbolos de una etapa única en la vida. Ayutthayá y Sukhothai, inolvidables y eternos lugares sagrados, al igual que el Chao Phraya y el Mekong, ríos que llevan y dan la vida en esa parte de Asia.


 
Los años vividos en Tailandia corresponden a los del conejo, del dragón y de la serpiente en el calendario chino y son equivalentes al 2554, 2555 y 2556 del tailandés budista. Han sido mágicos por diversas razones: nuevas cosas vistas y experimentadas, proyectos y labores con resultados positivos, reencuentros personales y del alma, confirmaciones de amistad, en suma, crecimiento en todos los sentidos, lo que se intentó transmitir semanalmente Desde Bangkok.

De la capital al golfo de Tailandia, de Isán a Kanchanaburí y de Chiang Mai al mar de Andamán o Narathiwat. Todo el territorio y sus cosas son sorprendentes en este reino, cuyo monarca es adorado por su gente y su sistema político es peculiar. México y Tailandia tienen tanto en común y comercial y económicamente mucho que compartir.  
 
Entre los millares de exuberantes orquídeas de diversos colores, tamaños y variedades el bello rostro de una kinnarí sonreía y sus manos, juntas en el pecho desnudo, saludaron (haciendo un wai) para despedirse. El recuerdo se llenó de tamarindos, mangos y pitahayas, además de algunos guamuchiles, liches, plátanos, toronjas, rambutanes y piñas. Un bosque vino a la mente en el que resaltaban árboles de teca, bodhis y los rosáceos chompú pantip como si fueran las chides de los monasterios donde deambulan, oran y meditan hombres y mujeres en túnicas anaranjadas o color de azafrán.



Rumbo al aeropuerto, a la salida del edificio, junto a unas fragantes liliwadíes o frangipaníes, se podía ver la casita de los espíritus (Phra phum), iluminada  por la luna llena, la base del Patitin Chantharakhati, el calendario thai que rige la vida budista. Es la casita que existe en los patios de toda vivienda en Tailandia para que sea protegida por una especie de duendes a los que hay que alimentar diariamente y ofrecerles jazmines y Dao Ruang, nuestra cempasúchil. Otra semejanza con el sureste mexicano que recuerda a los aluxes. Inadvertidamente incliné la cabeza y con las manos juntas hice un wai sonriendo, mientras una lágrima descendía en mi mejilla.



Ojalá los espíritus cuiden la moradía en mi nuevo destino, sea el año 2013 de nuestro Señor, el 2556 budista o el de la serpiente, en una tierra tan sorprendente cuanto Tailandia por su gente noble. Gracias a todos por viajar juntos durante tres años al país de las sonrisas. ¡Kok khum khap!H


Copyright 2013.  Hidalgo©  Texto & Fotos.     


lunes, 23 de diciembre de 2013

De telenovela

Desde Bangkok


Publicado el lunes, 23 de diciembre de 2013, en la Sección Imagen del Diario de Yucatán.

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Un instrumento eficiente de difusión pública en el mundo es la televisión. No existe mejor vehículo para promover gente, actos, planes o productos que unos minutos al aire en ese medio de comunicación que antes parecía una caja y que ahora es una especie de cuadro con imágenes móviles que cuelga de la pared o que, apagado, semeja un espejo oscuro.

Niñas de la étnia de la Colinas (Hill Tribe) viendo una telenovela.
En el sureste asiático la televisión es también un medio ampliamente utilizado. La de Tailandia tiene un añadido: su producción televisiva es exportable y vista en varios países vecinos, lo que le permite tener una influencia regional que es aprovechada no solo artísticamente sino comercial y hasta políticamente. Ello se debe a que las empresas televisivas tailandesas están más desarrolladas que las de Camboya, Laos o Myanmar, por ejemplo, pero incluso más que las vietnamitas.

Los canales de televisión thais cuentan con equipos técnicos de avanzada tecnología, elencos artísticos reconocidos, preparados y con buena pinta, además de una experiencia que permite producir programas de todo tipo, en particular noticiosos y de entretenimiento. En estos últimos se destacan las telenovelas, esos productos que tanto venden en México y Latinoamérica. En ese sentido, la semejanza con Tailandia y el sureste asiático es mucha.

Una trillada explicación del gusto de los tailandeses por las telenovelas (Lakhon Thorathat) se refiere a lo religioso. El budismo, al que pertenece la gran mayoría de la población local -incluso en los países vecinos- ha representado a lo largo de los siglos la obra de El Ramakien, versión tailandesa de la épica hindú El Ramayana que narra el secuestro de la princesa Sita y el rescate que su enamorado Rama emprende, enfrentándose al demonio que se la llevó. A lo largo de la historia, Rama cuenta con aliados, enemigos y tentaciones que le ayudan, le atacan o le hacen dudar, respectivamente, de su amor por la princesa. Al final, los enamorados se reúnen y logran realizar sus anhelos. El bien triunfa sobre el mal.

Actores tailandeses de TV.
¿Suena familiar? Es exactamente la trama de una telenovela, aquí, en Tailandia o en China. El bueno, el antagonista, la bonita y bondadosa y otros arquetipos de los sainetes. Ese es el filón que se explota en la TV thai, no solamente con cuestiones amorosas sino aprovechando creencias populares, incluso sobrenaturales, y cuestiones rurales que reflejan hasta cierto punto lo cotidiano de la población tailandesa, lo que no es muy diferente de la que habita en las naciones vecinas.

En Tailandia existen varios canales de TV abierta, pero los más populares son de cuatro televisoras: Canal 3, 5, 7 7 9. Ninguno es de propiedad privada y algunos pertenecen a las fuerzas armadas del reino, lo que implica ciertas reglas en las producciones y limitantes a la creatividad. Nada que no se pueda cumplir o que impida entretener al televidente. No solo por esta particular situación sino por cuestiones comerciales, las telenovelas exitosas tienen versiones actualizadas cada cinco o diez años. Es usual que los tailandeses se refieran a una telenovela con el nombre del patrocinador (empresa, marca o producto) y no con el título de la obra dado que es la que domina la publicidad en el horario en que se transmite.

Los actores y actrices son gente bonita, normalmente también cantantes,  
modelos o presentadores de TV, con sobrenombres en inglés, como Pink, Gift, Toy, Joy o Ploy, que no es difícil reconocer en todos los programas televisivos o revistas populares. El idioma, obviamente es el tailandés, lo que no es problema para que camboyanos o laosianos vean con gusto las telenovelas en sus países, toda vez que la señal de la TV tailandesa es más potente que las locales y la lengua comprensible en esos países. La influencia de la TV y los artistas tailandeses en la región es evidente. Como los músicos coreanos en toda Asia.

Algunas producciones extranjeras también pueden verse en la TV thai, dobladas al tailandés o al inglés. Sorprende ver en Bangkok las telenovelas mexicanas transmitidas normalmente en horarios matutinos o vespertinos con un pésimo doblaje al inglés. Sin embargo, están presentes y parecen gustar al público local.


Al final, se aprecia que este tipo de obras, con matices locales e impregnadas de elementos del país que las produce son en esencia lo mismo: el bueno, normalmente guapo, que vence al malo y feo, quedándose con la, usualmente sufrida, bonita y dulce protagonista. Solo cambian los ojos de los artistas, más o menos rasgados y, a veces, ni eso. Se podría tener un intercambio para hacer aquí telenovelas con actores thais y allá con mexicanos.H     




Copyright 2013.   Hidalgo©    Fotos: Thai TV Channels prisionesrosan los 'es, hoces, radones, hoces, palos o tubos se imaginaban que habia fiesta.Todo arios los obligaban a cavar, gr