lunes, 13 de febrero de 2012

Suave seda

Patrón y diseño tailand
Desde Bangkok
 
Seda Tailandesa     Publicada:  13 febrero 2012    
Jorge Luis Hidalgo Castellanos



Es en las regiones del norte y noreste de Tailandia donde se produce una de las fibras más prestigiadas en el mundo. La suavidad, colorido y diseño son característicos de la seda tailandesa (Thai Silk), codiciada, por cierto, en el ámbito de la moda y de la alta costura internacional.
 La seda es una fibra natural producida por insectos, artrópodos del género Hymenopteras (abejas, avispas y hormigas) e incluso por las arañas, cuya tela es también un tipo de seda natural. La utilizada en  la industria textil es, sin embargo, la que segrega un lepidóptero, la larva de Bombyx mori, cuando es una crisálida, antes de que complete su metamorfosis y se convierta en palomilla.
 Entre sus propiedades, las fibras de la seda presentan una forma triangular con filos redondeados, lo que hace que la luz se refleje en ellas desde diferentes ángulos emitiendo un brillo natural, con diversas tonalidades. Su textura es muy suave y lisa, pero no resbaladiza como las imitaciones artificiales. Es muy fuerte en estado seco y mojada pierde una quinta parte de su fortaleza. Químicamente está compuesta de aminoácidos (Glicina, Alanina y Serina) sustancias de la cual el cultivo de la seda toma el nombre de sericultura.
 Algunos estudiosos aseguran que la seda se cultivó en el reino de Siam antes que en China, desde 3,000 años antes de Cristo (a.C.). En la actual Tailandia, se han hallado indicios de la antigüedad de la seda local en un sitio llamado Ban Chiang, en el noreste, frontera con Camboya. Sin embargo, no existen evidencias arqueológicas que comprueben dichas tesis científicas, a diferencia de los hallazgos en China, por lo que dice que ahí se origina. Hace no muchos años, en 2007, se descubrió en la provincia de Jiangxi, territorio chino, una tumba en cuyo interior había restos de una vestimenta de seda que data de la época en que reinaba la dinastía Zhou, en el este, alrededor del 2500 a.C.
 Los historiadores concuerdan en que los chinos, conscientes del potencial mercantil de la seda y con el fin de mantener el  monopolio, habrían tratado de mantener en secreto el cultivo de esta fibra, es decir, la manera de producirla, incluyendo la domesticación de los diminutos obreros que elaboran los suaves hilos y se alimentan de las moreras: los gusanos de seda. Los intentos del imperio chino no pudieron evitar que en el siglo II a.C. en Corea se empezara a producir seda y alrededor de 500 años después, en el siglo III d.C. ya se elaborara en lo que ahora es India.


 En la actualidad es la norteña provincia tailandesa de Surín, también frontera con Camboya donde se localiza el mayor centro productor de seda en Tailandia. A partir de los años 70 del siglo XX, la sericultura tradicional se estableció, con el apoyo de la Reina Sirikit, en Khorat, provincia del noreste, donde más de mil familias se dedican a esta actividad con huertos de moras que alimentan a los gusanos, los cuales producen la fibra que se vende a la empresa Jim Thompson. Generalmente, son las mujeres quienes hilan la fibra a mano en telares, en una tradición transmitida por generaciones y que brinda a las chicas mayores oportunidades para el futuro.
 En cuanto al comercio de la seda, historicamente se toma como base una momia de Egipto, perteneciente a la 21ª dinastía faraónica, de alrededor del siglo 11 a.C. (año 1070), en cuya cabeza se encontró fibra de seda. El comercio internacional de la seda asiática en la antigüedad alcanzó Europa y África primero, a través de India, Asia Central y el Medio Oriente, en una actividad tan amplia y conocida que fue bautizada como la “Ruta de la Seda”. Una vez que los europeos conocieron América, en 1492, la seda arribó también al Nuevo Mundo, quizá en el siglo XVI.  En la época colonial, la Corona española concedió permisos para su cultivo en Oaxaca, Michoacán y San Luis Potosí.
 No obstante la antigua producción de seda tailandesa, la sericultura no progresó sino hasta después de 1950 cuando Jim Thompson la “redescubrió” al mundo e hizo valer la singularidad de sus complicados patrones de estilos, diseños y colores. La seda thai es única, pero la de China continúa acaparando el mercado internacional y en América, Brasil es el mayor productor de esta suave fibra natural. H
                  
                       
Copyright 2012.     Texto: Hidalgo 


Seda Tailandesa 

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