Desde Bangkok
El Año Nuevo budista
Jorge Luis Hidalgo Castellanos
Cambio, movimiento, mudanza. Ese es el significado del término sánscrito “sankranta” que da origen al Songkran budista, la festividad que celebra el Año Nuevo en Tailandia y otros países del sureste asiático a mediados del mes de abril. En este reino y también en Camboya, Laos y Myanmar este fin de semana se inicia el año 2556 de la era budista.
Llama la atención a quien no es asiático que el año se inicie en el cuarto mes y no en el primero, pero la cuestión es muy simple. Los calendarios se basan en la astronomía –en el movimiento de los astros-, incluyendo el que rige en México y que domina en la actualidad el planeta: el llamado Gregoriano, que reemplazó al que se conoció con el nombre de calendario Juliano.
Varios pueblos y religiones, como la budista, por ejemplo, establecen su calendario basado en el sol y la luna –calendario solilunar-. De acuerdo con éste, los seguidores del budismo theravada establecieron que el año se inicia con la luna nueva, entre los días 12 y 15 de este mes, que en el Gregoriano corresponde a abril.
Es decir, se trata de un calendario conceptualmente distinto que aplica a los budistas y ni siquiera a todos, sino solamente a los que viven en una parte del sureste asiático, casi la mitad de los estados miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ANSEA), cuarentón organismo regional conformado por diez países.El año sencillamente se inicia en este mes.
No sobra decir que los tailandeses decidieron, de forma pragmática, adoptar en los años 40 del siglo pasado paralelamente el calendario Gregoriano dado su uso en la mayor parte del mundo y con el fin de facilitar trámites, viajes y transacciones comerciales internacionales.
El resultado ha sido que en Tailandia, que en mucho es similar al sureste mexicano, se festejan al menos tres inicios de año o “añonuevos”, si se considera también la extensa población tailandesa de origen chino que conmemora con algarabía el año nuevo chino entre enero y abril, actualmente el Año de la Serpiente.
Es, sin embargo, el Songkran, el periodo que los pueblos camboyano, laosiano, myanma y tailandés sienten como suyo. Desde la tarde del día 11, ya casi nadie labora y desde entonces y hasta el 16 es un periodo feriado en el que las calles de Bangkok, Phnom Penh, Vientián y Yangón disminuyen su tránsito y la gente, en particular los niños y jóvenes, se dedica a bailar y mojarse a cubetazos, entre otra cosas para mitigar el intenso calor del “verano” de esta región del mundo. Es, toda proporción guardada, un carnaval asiático.
Pero volviendo a la causa religiosa del evento, el Songkran es un periodo en el que los templos budistas realizan un ritual mediante el que sus monjes lavan a Buda, o mejor dicho a las representaciones del Iluminado, con abundante agua, que al recorrer la escultura queda santificada.
Los feligreses toman el sagrado líquido que cae de los budas y a su vez se bañan o mojan con ella con la idea de purificar el cuerpo. En el hinduismo pareciera haber algo similar que se conoce como Holi y en la parte central de México también, aunque ya sin el matiz devoto, como la costumbre de arrojarse agua el sábado santo, por cierto también la época seca y más calurosa de esos lugares.
El Año Nuevo budista representa una oportunidad más para cambiar, modificar actitudes para bien, mejorar y desear lo positivo. Anhelar prosperidad, salud y sobre todo paz y seguridad, en México, Iberoamérica y en todo el mundo.
En Asia hay en estos días tensiones que no existirían si se aplicaran los principios básicos de los grandes maestros de este continente, incluyendo a Tangun y Confucio. !Suk-san wan Songkran! !Feliz y próspero Songkran, 2556!H
Copyright 2013. Texto: Hidalgo
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