Navidad al estilo oriental Publicada: 12 diciembre 2011 (Promocional)
Elefantes vestidos de Santa Claus (arriba), luces de colores y pino navideños pueden verse en Tailandia, país budista, en esta época (1)
Árboles de Navidad y figuras de renos, muñecos de nieve, estrellas, cabañas alpinas y hasta de Papá Noel aparecen en los centros comerciales de la capital tailandesa desde mediados de noviembre.
Los diarios, incluyendo por supuesto a los editados en inglés publican motivos alusivos a la temporada navideña cristiana y muchas zonas de la ciudad se llenan de luces de colores, según nos cuenta Jorge Luis Hidalgo Castellanos en su colaboración semanal que puede leerse en la columna Desde Bangkok.
Tema: Temporada navideña
Desde Bangkok
Tailandia se viste de Navidad Publicada: 12 diciembre 2011
Los diarios, incluyendo por supuesto a los editados en inglés publican motivos alusivos a la temporada navideña cristiana y muchas zonas de la ciudad se llenan de luces de colores, según nos cuenta Jorge Luis Hidalgo Castellanos en su colaboración semanal que puede leerse en la columna Desde Bangkok.
Tema: Temporada navideña
Desde Bangkok
Tailandia se viste de Navidad Publicada: 12 diciembre 2011
Árboles de Navidad y figuras de renos, muñecos de nieve, estrellas, cabañas alpinas y hasta de Papá Noel aparecen en los centros comerciales de la capital tailandesa desde mediados de noviembre.
Los diarios, incluyendo por supuesto a los editados en inglés –que afortunadamente existen también- publican motivos alusivos a la temporada navideña cristiana y muchas zonas de la ciudad se llenan de luces de colores que reflejan un espíritu festivo.
Pareciera que la enorme distancia que separa el sureste asiático de América o Europa no es óbice para que su influencia de origen cristiano se pueda sentir en una de las ciudades más grandes, modernas y cosmopolitas de Asia. Es precisamente esa apertura al exterior y su relación con los extranjeros lo que hace que diciembre tenga semejanza en ciertos aspectos con Sevilla, Los Ángeles, Mérida, Belice o Río de Janeiro. De hecho, en atención al clima, sería más parecido a las tres últimas ciudades mencionadas, puesto que es una época fresca para los locales, pero solamente “menos calurosa” para los extranjeros.
Es curioso, no obstante, ver la influencia del adviento de Jesús, o la manifestación de sus símbolos en las calles y barrios de Bangkok —por acaso la “Ciudad de Los Ángeles”, en su significado en thai- toda vez que tailandia es un país en el que más del 93 por ciento de su población profesa el budismo. Cristianos son poco más de 2 por ciento y de ellos la mitad católicos. En ese contexto es que cobra importancia la influencia de los europeos y americanos, aunque debe recordarse que no es nuevo ya que desde hace más de 500 años están presentes los católicos en esta región del mundo, cuando los portugueses arribaron al reino de Siam y otros lugares de Asia.
No debe pensarse, sin embargo, que diciembre es como en México o Italia. Fuera de los lugares comerciales y hoteles, a donde acuden extranjeros –turistas o residentes- y se ofrecen cenas alusivas, los bangkokianos viven días rutinarios y normales, salvo la frescura de las noches y mañanas del mes.
La Nochebuena está muy distante de la idiosincrasia tailandesa y no se conmemora en los hogares ni se acostumbra recibir o dar regalos o tener una cena especial.
La juventud sí que aprovecha para tomar como pretexto los días y festejar, pues se hace fiesta de todo lo que se pueda a esa edad.
Las tiendas, escuelas, oficinas gubernamentales y la industria trabajan de manera usual. Es muy común ver en las múltiples obras en construcción que abundan en toda la capital –es una ciudad que se construye y moderniza de forma continua- a los operarios trabajando hasta tarde las noches del 24 y del 31 de diciembre o a primera hora de la Navidad y del Año Nuevo. Es imposible no darse cuenta cuando el ruido de la construcción se escucha muy temprano y no permite continuar durmiendo, después de la “cristiana” desvelada que implican dichas fechas.
Los tailandeses, pese a que conmemoran su Año Nuevo en abril –entonces sí, ni los albañiles laboran-, tienen coincidentemente, en diciembre feriados que les permiten –y por extensión a los extranjeros- disfrutar de algunos días o fines de semana largos como en este año. El primero se festeja el 5 de diciembre, el Día Nacional tailandés, cumpleaños del Rey y, a la vez, Día del Padre. El segundo es el 10, Día de la Constitución, establecido para conmemorar la promulgación de la primera Carta Magna tailandesa en 1932, documento en el que se adoptó la Monarquía Constitucional en el reino de Siam y se dejó atrás el centenario absolutismo. Y el tercero aunque en enero, es parte de los festejos de la temporada, el día primero.
Al final, los católicos, cristianos protestantes, budistas, hinduistas, judíos y musulmanes o feligreses de cualquier otra religión que viven en Tailandia descansan oficialmente varios días de diciembre, sin perder sus tradiciones y ritos, compartiendo con sus semejantes, en una demostración espontánea de tolerancia y cofraternización, tal como lo predicaron en su oportunidad hace miles de años, los diversos maestros y profetas en este mundo que tanto soporta. Felices Fiestas!
Los diarios, incluyendo por supuesto a los editados en inglés –que afortunadamente existen también- publican motivos alusivos a la temporada navideña cristiana y muchas zonas de la ciudad se llenan de luces de colores que reflejan un espíritu festivo.
Pareciera que la enorme distancia que separa el sureste asiático de América o Europa no es óbice para que su influencia de origen cristiano se pueda sentir en una de las ciudades más grandes, modernas y cosmopolitas de Asia. Es precisamente esa apertura al exterior y su relación con los extranjeros lo que hace que diciembre tenga semejanza en ciertos aspectos con Sevilla, Los Ángeles, Mérida, Belice o Río de Janeiro. De hecho, en atención al clima, sería más parecido a las tres últimas ciudades mencionadas, puesto que es una época fresca para los locales, pero solamente “menos calurosa” para los extranjeros.
Es curioso, no obstante, ver la influencia del adviento de Jesús, o la manifestación de sus símbolos en las calles y barrios de Bangkok —por acaso la “Ciudad de Los Ángeles”, en su significado en thai- toda vez que tailandia es un país en el que más del 93 por ciento de su población profesa el budismo. Cristianos son poco más de 2 por ciento y de ellos la mitad católicos. En ese contexto es que cobra importancia la influencia de los europeos y americanos, aunque debe recordarse que no es nuevo ya que desde hace más de 500 años están presentes los católicos en esta región del mundo, cuando los portugueses arribaron al reino de Siam y otros lugares de Asia.
No debe pensarse, sin embargo, que diciembre es como en México o Italia. Fuera de los lugares comerciales y hoteles, a donde acuden extranjeros –turistas o residentes- y se ofrecen cenas alusivas, los bangkokianos viven días rutinarios y normales, salvo la frescura de las noches y mañanas del mes.
La Nochebuena está muy distante de la idiosincrasia tailandesa y no se conmemora en los hogares ni se acostumbra recibir o dar regalos o tener una cena especial.
La juventud sí que aprovecha para tomar como pretexto los días y festejar, pues se hace fiesta de todo lo que se pueda a esa edad.
Las tiendas, escuelas, oficinas gubernamentales y la industria trabajan de manera usual. Es muy común ver en las múltiples obras en construcción que abundan en toda la capital –es una ciudad que se construye y moderniza de forma continua- a los operarios trabajando hasta tarde las noches del 24 y del 31 de diciembre o a primera hora de la Navidad y del Año Nuevo. Es imposible no darse cuenta cuando el ruido de la construcción se escucha muy temprano y no permite continuar durmiendo, después de la “cristiana” desvelada que implican dichas fechas.
Los tailandeses, pese a que conmemoran su Año Nuevo en abril –entonces sí, ni los albañiles laboran-, tienen coincidentemente, en diciembre feriados que les permiten –y por extensión a los extranjeros- disfrutar de algunos días o fines de semana largos como en este año. El primero se festeja el 5 de diciembre, el Día Nacional tailandés, cumpleaños del Rey y, a la vez, Día del Padre. El segundo es el 10, Día de la Constitución, establecido para conmemorar la promulgación de la primera Carta Magna tailandesa en 1932, documento en el que se adoptó la Monarquía Constitucional en el reino de Siam y se dejó atrás el centenario absolutismo. Y el tercero aunque en enero, es parte de los festejos de la temporada, el día primero.
Al final, los católicos, cristianos protestantes, budistas, hinduistas, judíos y musulmanes o feligreses de cualquier otra religión que viven en Tailandia descansan oficialmente varios días de diciembre, sin perder sus tradiciones y ritos, compartiendo con sus semejantes, en una demostración espontánea de tolerancia y cofraternización, tal como lo predicaron en su oportunidad hace miles de años, los diversos maestros y profetas en este mundo que tanto soporta. Felices Fiestas!
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Texto: Hidalgo
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