lunes, 23 de enero de 2012

El misterio de Jim


Desde Bangkok

Publicada: el 23 de enero de 2012 en el Diario de Yucatán. 

Jorge Luis Hidalgo Castellanos
¡Se esfumó! Nadie sabe dónde está. Ni idea, pero Jim simplemente desapareció. No, fue en México, sino en la montañas de Malasia, donde vacacionaba en la Semana Santa.

Jim Thompson, ciudadano de Estados Unidos cuyo nombre evoca los mejores productos de seda tailandesa, es ahora la marca de prestigio que estableció a fines de los años 40 en Bangkok, a donde había arribado en 1945 para trabajar para el gobierno de su país en labores de inteligencia.

 Su nombre completo era James Harrison Wilson Thompson y es reconocido como el promotor y modernizador de la industria de la seda en Tailandia ya que de su labor empresarial en el ramo textil, Jim logró posicionar nuevamente la seda tailandesa entre las mejores fibras naturales del mundo, lugar que había perdido a lo largo de la historia no obstante la antigua tradición, que data de por lo menos 3 mil años antes de Cristo, mucho antes de que los chinos pudiesen domesticar la palomilla de la seda.

Gracias a Jim Thompson desde la década de los 50 hasta la fecha, la seda de Tailandia, y en particular sus productos, es reconocida por los estándares de calidad que maneja, por sus diseños, textura, durabilidad y brillantez. Dos factores influyeron en el proyecto de Jim: sus orígenes familiares puesto que su padre había tenido intereses en la industria textil de Estados Unidos y sus estudios de arquitectura y arte en general, que se reflejaron en las telas y productos que fue creando a través de los años.

Asimismo, su ingreso en el medio castrense y del espionaje y el trabajo de inteligencia militar a través de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, por sus siglas en inglés), de la cual surgió en 1947 la CIA, le dieron una serie de elementos que favorecieron su visión empresarial en Asia. Antes estuvo destinado al norte de África, arribando a la otrora Ceilán (ahora Sri Lanka) al término de la Segunda Guerra Mundial. De ahí fue enviado a Bangkok, donde estableció la representación de la OSS, a través de la cual mantenía contactos con los frentes opositores de Tailandia, Laos y Camboya.

Jim tuvo la visión de explotar el potencial de la seda en Tailandia y relanzó la industria en este país a través de The Thai Silk Company, establecida en 1948 en sociedad con George Barrie. La diseñadora Irena Sharaff decidió usar seda tailandesa para los figurines del musical de Broadway “El Rey y Yo”, producido por Rogers & Hammerstein y cuya trama se desarrolla en el reino de Siam, lo que catapultó los productos de la compañía de Jim Thompson, a quien se le llama el Rey de la seda.
 Un dato curioso fue su método de gestión, que permitió que quienes hilaban y tejían las telas, en su mayoría mujeres, y sobre todo amas de casa, pudieran laborar en sus viviendas, evitándoles dejar de atender las labores domésticas. Su casa en Bangkok, ahora convertida en museo, se erigió del otro lado del canal donde varias de sus obreras residían, lo que le facilitaba la supervisión. Dicha práctica se mantuvo hasta poco después de su desaparición en 1967.

Jim Thompson había viajado a Malasia, a pasar unos días de descanso en la Pascua, en la cordillera de Cameron, cerca del poblado de Tanah Rata. Llegó acompañado de Connie Mangskau el 24 de marzo de 1967 y se hospedó en el búngalo “Moonlight” junto con el doctor Ling Tien Gi y su esposa. El día 26, después de la comida Jim salió a dar un paseo y, nunca regresó.
 La búsqueda se inició llegando a hacerse la mayor operación policiaca hasta esa fecha en Malasia, peinándose la zona durante 12 días. Se ofrecieron recompensas, varios investigadores y militares británicos y norteamericanos acudieron al lugar, incluyéndose un psíquico que juró que Jim había sido secuestrado. Todo fue en vano.

El misterio de la desaparición de Jim Thompson ha dado pie a especulaciones y teorías, mismas que van desde la idea de que cayó en alguna barranca en las montañas, hasta que fue secuestrado y llevado a otro país, habiendo fallecido al intentar escapar. No falta quien asegura que desapareció voluntariamente, cambiando su identidad y fue a vivir los últimos años de su vida en su tierra o que la CIA lo borró del mapa porque sabía demasiado. Un auténtico expediente X. En cualquier caso, el color y la suavidad de la seda son su legado a Tailandia.

Copyright 2012.

Texto: Hidalgo

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