Esfuerzo por salvar a la fauna y flora (I)
Jorge Luis Hidalgo Castellanos
La vida silvestre del mundo está en constante amenaza. La terrestre y la acuática; las plantas y los animales. Cactus, orquídeas, árboles madereros, aves, reptiles, mamíferos, peces, escualos e insectos. Ninguno escapa a la amenaza.
Para regular la explotación de las diferentes especies de fauna y flora silvestres, la comunidad internacional estableció hace 40 años un instrumento jurídico conocido por sus siglas en inglés: CITES. Se trata de un tratado internacional en el que actualmente participan 178 países de todos los continentes y que casi cada tres años realizan una gran reunión de la Conferencia de las Partes (COP) para decidir cuáles especies están amenazadas y cuáles han dejado de estarlo, conforme a la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES).
Además de Bangkok, varias ha sido las anfitrionas de la COP de la CITES, comenzando con Berna, San José, Nueva Delhi, Gaborone, Buenos Aires, Ottawa, Lausana, Kioto, Fort Lauderdale, Harare, Gigiri, Santiago y La Haya.
Del 3 al 14 de marzo de 2013 se lleva a cabo en Bangkok la COP 16 de la CITES, ciudad que ya había acogido esta reunión en octubre de 2004 (la COP 13) y que al ser sede nuevamente intenta refrendar su compromiso de apoyo a la CITES y a varias especies que habitan su territorio.
Durante 11 días, los representantes de más de 150 Estados Parte –miembros- de la Convención deliberan en el Centro Nacional de Convenciones Reina Sirikit sobre aspectos de procedimiento de su organismo internacional, eligen a quienes encabezan los diversos órganos de la CITES y sus grupos de trabajo y definen políticas para administrarla y financiarla.
Pero lo más importante para el mundo que acontece durante esta reunión son las resoluciones que afectan directamente a las múltiples especies de plantas y animales que los delegados proponen en las mesas de negociación para ser incluidas en las listas ad hoc de CITES como amenazadas, o bien para dejar de ser consideradas de esa manera.
Primera Ministra da el gong inaugural de la reunión de la CoP |
México, como es usual, participa en la COP 16 de la CITES y lo hace activamente. Presentando propuestas y definiendo posiciones en los proyectos de otras delegaciones. El aspecto comercial de las especies de fauna y flora silvestres debe ir acompañado de la opinión científica de expertos de cada país, por lo que una delegación que participa en las reuniones de la CITES debe estar conformada por diplomáticos y expertos científicos y técnicos que asesoren en sus respectivas áreas a quienes cuidan los aspectos político-diplomáticos, pues la Convención es, finalmente, un acuerdo multilateral de índole comercial firmado por representantes de gobiernos.
El calor tailandés ha servido para dos cosas en la COP 16 de la CITES. Para dar la bienvenida a los más de 2 mil participantes –más de la mitad pertenecen a las ONG y diversas entidades interesadas- de la reunión y para hacer menos formal las negociaciones. El país de las sonrisas sabe que es un lugar propicio para las reuniones internacionales y estratégico para alojarlas.
Entre los asuntos tratados por la CITES están cuatro de la fauna que son de gran atractivo para la gente en general: elefantes, osos polares, manatíes y tiburones. Claro está que hay infinidad de especies y temas a tratar, pero en esta reunión y casi en todas las que se relacionan con la protección de los animales, los señalados son de interés particular en el planeta.
Elefante africano (Loxodonta africana) |
Respecto a los elefantes, desde hace décadas se ha tratado de evitar su caza indiscriminada, masiva e ilegal en todo el mundo, si bien solamente existen elefantes en los continentes africano y asiático. De los dos, el más amenazado es el de África, el Loxodonta africana debido al tráfico ilícito que se hace de sus colmillos para utilizar los 10 kg de marfil que en promedio cada elefante aporta.
En Tailandia el elefante es un símbolo cultural ancestral y si bien existen leyes que lo protegen, ello no exime la posibilidad de disminuir su población ni evita el tráfico ilícito de marfil proveniente de los colmillos de los paquidermos, dado que es en Asia donde están los mejores artesanos de este material, particularmente en China y Tailandia y también donde existen grandes coleccionistas de artículos de este oro blanco. Si bien el comercio legal de marfil es permitido en estos países se tiene la limitación de que la materia prima provenga de animales muertos de causas naturales.
El problema surge con el ingreso ilegal de marfil proveniente de los países africanos que se hace pasar, ya en Asia, por marfil de elefante asiático (Elephas maximus). Continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario