Desde Bangkok
Jorge Luis Hidalgo Castellanos
La agricultura en el reino de Tailandia ha sido, a lo largo de su historia, fundamental para sus habitantes y la base de la economía. No obstante que en la actualidad es un país industrializado que contribuye a las cadenas de valor con nichos de producción de alta tecnología inclusive, y que además ofrece una gama de servicios amplia, el reino es eminentemente rural.
Un dato que corrobora lo anterior es que la población total tailandesa es de casi 70 millones de habitantes, de los cuales alrededor de 15 viven en la zona metropolitana de Bangkok y la segunda mayor ciudad del país apenas llega a 1.5 millones. Es decir, más de 50 millones viven en la provincia.
Así las cosas y si se considera que la agricultura en 2011 cubrió el 13.3% del Producto Interno Bruto (PIB) de Tailandia, contra el 5.5% de Brasil, por ejemplo, y el 3.7% de México, se concluye que es un sector que interesa y tiene importancia en este país asiático, uno de los dos mayores productores de arroz en el mundo.
Como consecuencia de ello, el tiempo es un factor determinante en la vida del otrora reino de Siam. Las condiciones climáticas y el pronóstico del tiempo es invariablemente un elemento vital para el resultado de la siembra y la posibilidad de tener grandes o magras cosechas. De ello depende la bonanza o la escasez de alimentos y por ende de dinero en este país del sureste asiático.
Un reflejo de la importancia de la agricultura en la vida de esta región de Asia se presenta en un rito que anualmente se realiza en Tailandia y algunos países vecinos, como Camboya y Myanmar –si bien en este último pareciera no ser una fiesta nacional desde el siglo XIX-, con la participación de la familia real: la ceremonia del arado (Phraraj Pithi Jarod Phranangkal Raek Na Kwan) que se lleva a cabo en mayo, en un día elegido por un astrólogo brahmán y que este año ha sido el lunes 13, un feriado nacional.
Ante la presencia del rey o en su defecto la del príncipe heredero, la corte en pleno y abierto al público en general, el ritual de origen hindú se celebra en Sanam Luang, en las inmediaciones del Gran Palacio en Bangkok, teniendo como principal protagonista a una yunta de bueyes blancos que un campesino dirige para arar una pequeña porción de terreno en la que otros campesinos siembran arroz en los surcos abiertos. Todos van vestidos y adornados para la ocasión.
Al terminar de labrar la tierra, el arado se detiene y unos monjes alimentan a los bueyes con maíz, arroz, habas, ajonjolí, zacate y otras hierbas, además de agua y vino de arroz. De la preferencia de los vacunos blancos los sacerdotes brahmanes interpretan el futuro de la siembra y cosecha para el año. Lluvias y sol representan abundante cosechas de granos e incluso recursos pesqueros. Sequías e inundaciones conllevan desastrosas consecuencias y escasez de alimentos. El rey toma algunos puñados de arroz y los lanza también a los surcos arados por la yunta sagrada, simbolizando el cultivo real y el bienestar de sus súbditos. La ceremonia incluye al ministro de Agricultura también esparciendo arroz en el campo recién labrado.
Se trata de un rito tradicional brahmánico que se ha mantenido durante siglos en el sureste asiático, región originalmente permeada por el hinduismo y el brahmanismo. Sin embargo, lo original se ha mezclado con otro ritual de la religión budista conocido como la labranza real. De acuerdo a las leyendas siendo niño el príncipe Siddhartha, futuro Buda, mientras meditaba bajo un yambo rosa hizo un milagro durante la ceremonia de labranza en la que se oraba y se hacían ofrendas a quince divinidades hindúes y a 37 espíritus indígenas.
La ceremonia del arado real en el reino tailandés, que se realiza hoy, lunes 13 de mayo de 2013, tiene sus orígenes en la era Sukhothai (siglos XIII y XIV) cuando se trataba de agradar al dios de la lluvia Moe Khaung Kyawzwa. También existen vestigios y crónicas de 1822, al final del reinado de Rama II, que narran la ceremonia en Bangkok ya con el componente budista.
La ceremonia del arado celebra el inicio de la temporada de labranza en Tailandia, época en que los campos del reino se preparan con yuntas de bueyes o tractores mecánicos para ararlos y después inundarlos para sembrar el preciado grano, alimento básico del continente asiático: el arroz.H
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