Nacimiento e iluminación
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En un bosque de la región himalaya india, el séquito se detuvo para permitir que la mujer descendiera de la litera y descansara un poco del viaje. Su voluminoso vientre ingresó a la floresta antes que el resto de su cuerpo y la sombra de los árboles le refrescó. Sus brazos, lánguidos y morenos se sujetaron de las ramas de un bodhi, árbol que cobijó sus plegarias y dolores y que escuchó por vez primera al bebé. La madre de Siddartha sonrió al verlo. Sabía que alguien especial había llegado a este mundo.
El budismo Theravada que se practica en Tailandia y en varios otros países de Asia conmemora en la sexta luna llena del año algunos acontecimientos relacionados con “el despierto”, Buda, el maestro. La fecha coincide con mayo o junio del calendario gregoriano y obviamente se basa en lo que indique el calendario lunar local.
Siddartha Gautamá, noble en el doble sentido, criado en la abundancia, alejado de sufrimientos y pobreza, había descubierto desde algunos años atrás que el mundo tenía un lado oscuro y amargo. Que no todo era placentero. Abandonó la buena vida y peregrinó intentando encontrar la verdad, el consuelo, la respuesta. Vivió con brahmanes, recibió enseñanzas, fue anacoreta, ayunó meses, dejó la banalidad y años más tarde se dio cuenta que tampoco ello le hacía encontrar el sendero. Ese día, en la mitad de sus treintas, decidió sentarse a meditar y escogió un bo del bosque para que sus ramas le protegieran de las inclemencias del tiempo, aunque también Nagá, la serpiente de siete cabezas, le protegió de la lluvia. Después de algunas horas, sus labios esbozaron una casi imperceptible sonrisa y su rostro y cuerpo entero fueron rodeados de una tenue aura que le iluminaba. Internamente comprendió todo, amorosamente y con humildad.
El iluminado enseñó cinco preceptos que han sido tomados por sus seguidores con el fin de alcanzar la plenitud. No debe destruirse la vida; tampoco tomar lo que no se ha dado, evitar una mala conducta sexual así como la falsedad y no tomar intoxicantes. Para los budistas practicar este código de conducta podría hacer que alcancen una mejor condición personal al momento de renacer. Para quienes profesan otra religión o son librepensadores, su práctica permite una convivencia pacífica y una tranquilidad en sus vidas y la de sus prójimos.
Este 2013 el festivo religioso budista conocido como Visaka o Visajá Buchá se respetó el viernes 24 de mayo, once días después de la fecha en que el año anterior se celebró. Conmemora, en un mismo día, el nacimiento, la iluminación y el deceso de Siddartha Gautamá, el gran Buda. La fecha es determinada en razón de las reglas religiosas del budismo que indican que el Visajá Buchá deberá ser celebrado en el sexto mes lunar, exactamente el día de la luna llena de ese periodo. En India se llama Visajá a este mes.
El iluminado se sentó y permaneció así, meditando, horas debajo de unos salas, hasta que su alma abandonó su cuerpo de casi ochenta años y las flores de los árboles cayeron cubriendo el suelo y sus restos mortales. Había peregrinado llevando solo su conocimiento y humildad. Pregonó a quien lo escuchó el Dhamma, sus enseñanzas. Algunos se decidieron por una vida alejada de las tentaciones terrenales y se fueron a los templos para vivir la Sangha, con lo mínimo; muchos raparon sus cabezas y establecieron ritos y costumbres como la triple gema.
El Visajá tiene tal significado para la humanidad que las Naciones Unidas lo reconocieron en 1999 toda vez que respeta los principios plasmados en su Carta y los derechos fundamentales del ser humano. La paz, la seguridad y el bienestar son los conceptos clave de la ONU y de Buda.
El budismo vela por el comportamiento humano a través de un código de conducta que evita hacer daño a alguien, sea persona, animal, vegetal o cosa. Esa regla no se exige, se cumple por convicción. Buda se resume en las Cuatro Nobles Verdades que logran hacer que el ser humano se aparte de lo innecesario en su transcurso por este mundo y le permite ser recto y vivir en paz. “El despierto” señaló que la iluminación se puede alcanzar cuando se conoce la insatisfacción, su origen o causa, el cese del sufrimiento que la produce y se encuentra el camino que lleva a la terminación del sufrimiento.
Las “Enseñanzas de los antiguos” es la piedra angular del budismo en Tailandia y por ello conmemora en una misma fecha tres sucesos de su fundador, “el iluminado”, acontecidos hace veinticinco siglos.H
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