lunes, 17 de octubre de 2011

Inundaciones

DESASTRE
No es que a otros países no les pase o que algunas zonas de México no hayan tenido situaciones similares. Se trata de solidarizarse con un país amigo, aunque lejano de nuestro territorio en momentos en que se ve afectado por diluvios.
Lo que en estos días sufre Tailandia es un verdadero desastre natural que tiene a más de la mitad de este reino asiático en estado de emergencia causado por miles de millones de metros cúbicos de agua que recorre su territorio de norte a sur, con torrentes que no sólo provienen de las oscuras nubes que se encuentran casi permanentemente encima de él, sino de corrientes que desde los países vecinos, incluso desde el suroeste de China, llegan a través de los diversos ríos que surcan el sureste asiático.
La situación afecta a toda la región, de modo que los vecinos de Tailandia padecen también ahora mismo inundaciones, deslaves y deslizamientos de tierra, aunque la mayor parte del agua que cae en ellos diariamente desde septiembre va hacia el sur para desembocar en el Golfo de Tailandia, a través del Mekong, el Chao Phraya, el Tha Chin y el Bang Pakong  entre otros ríos, estos tres últimos en Bangkok, ciudad desde donde se escribe esto y que se encuentra a menos de 30 km de distancia del mar. La ciudad está en estado de alerta ante la posibilidad de que pueda inundarse esta semana.
Dos factores contribuirían a que Bangkok pueda anegarse: la llegada durante el fin de semana de la marea alta en el Golfo y la apertura controlada de las compuertas de varias presas río arriba, en el centro de Tailandia, que han sido rebasadas en su capacidad y deben desalojar volúmenes ingentes del preciado liquido y cuyos torrentes caerán al lecho del principal río de las planicies centrales tailandesas. La marea tiene un efecto negativo en estos momentos ya que al estar la capital casi al nivel del mar, con partes incluso abajo de esa elevación, la marea servirá de muro de contención a las aguas que por la fuerza de gravedad tendrían que salir al mar para desahogar los ríos y canales tributarios, lo que podría, dicen los expertos, provocar una especie de reflujo.
Las riadas han afectado desde septiembre pasado casi 40 provincias de 76, en 3 de las 4 regiones que hay en el país. Ya se consideran las mayores inundaciones en la historia moderna de Tailandia y las estadísticas no  mienten: Casi un millón de familias damnificadas, mas de 10 millones de hectáreas anegadas, 300 víctimas mortales y algunas decenas de desaparecidos, 2,500 escuelas afectadas, 30 carreteras clausuradas algunas con puentes rotos, sitios arqueológicos –parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad-, más de 200 mil trabajadores sin laborar porque las fábricas cerraron temporalmente, y una ciudad capital de 12 millones de habitantes que puede transitoria y realmente convertirse en la Venecia asiática.    
El impacto de las inundaciones se proyectará también en la economía nacional, pronosticándose ya una disminución de casi 2 puntos porcentuales en el crecimiento esperado para 2011. El devastador panorama en algunos lugares es tan desolador que más de un miembro del gabinete no ha podido contener el llanto en lo que comúnmente se conoce como el país de las sonrisas.
Desde algunos lugares del centro de Tailandia se ve un paisaje acuático que se prolonga hasta el horizonte. Es impresionante ver la explanada de Honda Motors Thailand donde se estacionan los vehículos recién fabricados anegada a un nivel en el que sólo los techos de los automotores se pueden mirar. O ver el centro de la antigua capital, Ayutthaya, cuyas calles parecen canales y sus centenarios templos y estupas budistas se encuentran dos metros bajo el agua lodosa de los tres ríos que normalmente circundan la zona arqueológica.  
Por algo los antiguos siameses y pobladores del sureste de Asia vivían en casas sobre palafitos, pues las riadas no son nuevas. La modernidad otorga confort pero no siempre atiende a la sabiduría que da la experiencia. Es momento de reflexionar al respecto y no solamente en Tailandia, pero sobre todo, es tiempo de solidaridad.H

Copyright 2011

Texto: Hidalgo

No hay comentarios:

Publicar un comentario