Siam Niramit, un viaje al pasado tailandés Publicada: 10 octubre 2011 Jorge Luis Hidalgo Castellanos
Imágenes del tradicional espectáculo Siam Niramt en la capital tailandesa (3)
Espigadas tailandesas con trajes típicos le reciben y guían por un largo pasillo hasta encontrar un elefante de verdad que casi le toca con su trompa, mientras come manzanas o zanahorias que los niños le ofrecen.
Detrás del paquidermo asiático se descubre una plaza con más gente, vestida tradicionalmente en seda y algodón e incluso con máscaras. Parece un carnaval asiático. También hay personas que a todas luces se nota que son turistas. Este lugar se llama Siam Niramit y es la entrada a un fantástico viaje por las tierras de lo que hoy es Tailandia.
Localizado en Bangkok, Siam Niramit resulta ser más que un lugar al que se acude para disfrutar de un show. Es un remanso en la ciudad que reseña cultural e históricamente lo que ha sido Siam. Tiene un espectáculo que cuenta su historia de forma resumida y amena en un lapso de 80 minutos, con 150 artistas en escena que usan más de 500 trajes elaborados con base en cuadros y pinturas de época.
Es un compendio de la historia de más de 700 años de este país del sureste asiático recreada con música en lo que se considera el escenario de mayor altura en el mundo con 12 m de piso a techo; 65 de anchura y 40 m de profundidad, ciertamente uno de los más grandes del mundo que permiten mover hasta 100 piezas de tramoya y elementos escenográficos que mantienen a los espectadores hechizados durante casi hora y media.
La música, la iluminación y los efectos especiales son parte imprescindible de un espectáculo de la naturaleza de Siam Niramit, que permiten ver en su escenario volar a 12 ángeles, ver llover y relampaguear en un pueblito, percibir el paso del tiempo y las estaciones a través de los arrozales y navegar chalupas con vendedores en el mercadillo acuático o soltar en un arroyo decenas de ofrendas del acto que recrea el festival de Loi Krathong y ver sumergirse en el río a un aldeano. Todo en un mismo escenario y sin pausas o intermedios.
El tercer acto del espectáculo está dedicado a los festivales que a lo largo del año celebran los tailandeses desde hace siglos y que son parte del budismo, religión profesada por más del 90% de la población. Los budistas creen que para poder ir al cielo al final de esta vida, se deben hacer méritos en la tierra por medio de acciones y ofrendas a las deidades y sobre todo a Buda. A través de los festivales religiosos también se logran los méritos y Siam Niramit representa algunos de ellos: Boy Sang Long o la ordenación de los diamantes; Phitakon, el desfile de los fantasmas en el que hombres disfrazados con grandes máscaras y sombreros asustan a la gente en danza similar a algunas de México; Songkran el Año Nuevo tailandés que no se conmemora en enero sino en abril; y el muy alegre Loi Krathong con su inolvidable y rítmica música que todo escolar aprende –nacional o extranjero- y canta vestido con un tradicional traje en el otoño.
Siam Niramit está abierto todos los días desde las 6 de la tarde, buena hora para recorrer su plazoleta y el pueblo tailandés edificado especialmente para permitir al público hacer un recorrido por la zona rural del país sin salir de la capital; de norte a sur y de este a oeste, con construcciones típicas, y pobladores vestidos a la usanza tradicional de cada región de Tailandia.
Estanques repletos de flores de loto, árboles de mango frondosos y animales propios de las granjas locales forman parte de la escenografía natural de esta maqueta de tamaño natural.
Después de apreciar la vida de la Tailandia profunda, se disfruta de una cena tipo bufete con platillos de la gastronomía tailandesa y china, como ritual previo –y necesario- del fantástico espectáculo que inicia a las 8 en punto de la noche y que minutos antes abre las diversas puertas que dan acceso al teatro de dos mil butacas de primera; asientos cómodos y reclinables, ubicados de tal manera que permiten desde cualquiera de ellos disfrutar el show y sorprenderse de ver elefantes en el escenario y a la mitad del local.
Siam Niramit es la recreación humana del reino de Siam; es un espectáculo de clase mundial; es el pasado tailandés contado a través de un viaje encantador.
Detrás del paquidermo asiático se descubre una plaza con más gente, vestida tradicionalmente en seda y algodón e incluso con máscaras. Parece un carnaval asiático. También hay personas que a todas luces se nota que son turistas. Este lugar se llama Siam Niramit y es la entrada a un fantástico viaje por las tierras de lo que hoy es Tailandia.
Localizado en Bangkok, Siam Niramit resulta ser más que un lugar al que se acude para disfrutar de un show. Es un remanso en la ciudad que reseña cultural e históricamente lo que ha sido Siam. Tiene un espectáculo que cuenta su historia de forma resumida y amena en un lapso de 80 minutos, con 150 artistas en escena que usan más de 500 trajes elaborados con base en cuadros y pinturas de época.
Es un compendio de la historia de más de 700 años de este país del sureste asiático recreada con música en lo que se considera el escenario de mayor altura en el mundo con 12 m de piso a techo; 65 de anchura y 40 m de profundidad, ciertamente uno de los más grandes del mundo que permiten mover hasta 100 piezas de tramoya y elementos escenográficos que mantienen a los espectadores hechizados durante casi hora y media.
La música, la iluminación y los efectos especiales son parte imprescindible de un espectáculo de la naturaleza de Siam Niramit, que permiten ver en su escenario volar a 12 ángeles, ver llover y relampaguear en un pueblito, percibir el paso del tiempo y las estaciones a través de los arrozales y navegar chalupas con vendedores en el mercadillo acuático o soltar en un arroyo decenas de ofrendas del acto que recrea el festival de Loi Krathong y ver sumergirse en el río a un aldeano. Todo en un mismo escenario y sin pausas o intermedios.
El tercer acto del espectáculo está dedicado a los festivales que a lo largo del año celebran los tailandeses desde hace siglos y que son parte del budismo, religión profesada por más del 90% de la población. Los budistas creen que para poder ir al cielo al final de esta vida, se deben hacer méritos en la tierra por medio de acciones y ofrendas a las deidades y sobre todo a Buda. A través de los festivales religiosos también se logran los méritos y Siam Niramit representa algunos de ellos: Boy Sang Long o la ordenación de los diamantes; Phitakon, el desfile de los fantasmas en el que hombres disfrazados con grandes máscaras y sombreros asustan a la gente en danza similar a algunas de México; Songkran el Año Nuevo tailandés que no se conmemora en enero sino en abril; y el muy alegre Loi Krathong con su inolvidable y rítmica música que todo escolar aprende –nacional o extranjero- y canta vestido con un tradicional traje en el otoño.
Siam Niramit está abierto todos los días desde las 6 de la tarde, buena hora para recorrer su plazoleta y el pueblo tailandés edificado especialmente para permitir al público hacer un recorrido por la zona rural del país sin salir de la capital; de norte a sur y de este a oeste, con construcciones típicas, y pobladores vestidos a la usanza tradicional de cada región de Tailandia.
Estanques repletos de flores de loto, árboles de mango frondosos y animales propios de las granjas locales forman parte de la escenografía natural de esta maqueta de tamaño natural.
Después de apreciar la vida de la Tailandia profunda, se disfruta de una cena tipo bufete con platillos de la gastronomía tailandesa y china, como ritual previo –y necesario- del fantástico espectáculo que inicia a las 8 en punto de la noche y que minutos antes abre las diversas puertas que dan acceso al teatro de dos mil butacas de primera; asientos cómodos y reclinables, ubicados de tal manera que permiten desde cualquiera de ellos disfrutar el show y sorprenderse de ver elefantes en el escenario y a la mitad del local.
Siam Niramit es la recreación humana del reino de Siam; es un espectáculo de clase mundial; es el pasado tailandés contado a través de un viaje encantador.
Copyright 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario