Océano letal
Por Jorge Luis Hidalgo Castellanos
El Índico es un océano peligroso. Es, según algunos reportes, el más contaminado, conflictivo y amenazado. Sin embargo, e irónicamente, es también el más tranquilo. Entre los océanos, es el tercero en extensión, cubriendo el 20% de la superficie de nuestro planeta.
A lo largo y ancho de su superficie, el Índico ha provocado desastres, naturales y humanos, que han afectado dolorosa, económica y mortalmente a varios de los pueblos que viven en lugares que sus aguas bañan.
Une a África con Asia y a estos con Oceanía, lo que a través de la historia lo ha hecho un océano belicoso, que no obstante ha servido para establecer en él rutas comerciales y para la navegación de pasajeros. Marco Polo navegó lo que los chinos conocen como el “océano Occidental” para alcanzar a las tierras del gran Khan.
Primeros exploradores
El imperio español ya contaba entonces con presencia en Asia, a través de otro océano, con el Galeón de Acapulco que vinculaba a la Nueva España con las Filipinas, administradas desde la ciudad de México.
Dominio en disputa
Después EE.UU. y Rusia -̶ y posteriormente la extinta URSS-̶ , se disputarían el dominio de los mares índicos, de los que mayor tráfico marítimo presentan y donde desde siempre, incluso actualmente, han abundado los piratas.
Para contenerlos las armadas de varios países de la región patrullan el océano y escoltan navíos.
La de Tailandia forma parte de esa legión marina junto con las de Australia, India, Singapur, Sudáfrica, Indonesia y la armada de EE. UU. con sus flotas V estacionada en Manama y VII con base en Yokosuka.
Entre otras naciones insulares sus aguas rodean a Madagascar, Mauricio, Sri Lanka, las Comoras y las Maldivas. En total siete territorios de ultramar y 39 países se encuentran en el océano Índico.
Tailandia es parte de ellos con la mitad de sus costas en este océano. Nueve son los mares que tiene este océano, incluyendo el Arábigo, el Rojo, el de Bali, el de Java, de Timor y el de Andamán, este último, ubicado entre India y la península malaya, es el que baña el litoral occidental tailandés.
La también llamada península de Malaca o de Kra es la mayor del sureste asiático y en ella tienen territorios, de norte a sur, cuatro países: Myanmar, Tailandia, Malasia y Singapur, si bien esta ciudad-estado es una isla ubicada en la punta peninsular.
Imagen tomada de internet |
Temidos tsunamis
Las olas del Índico, tranquilas normalmente, y con una temporada de monzones definida y conocida por los marineros han resultado amenazantes y mortíferas en forma de tsunamis a lo largo del tiempo, como el de fines de 2004, todavía muy fresco en la memoria de quienes sobrevivieron al desastre en las costas indonesias y de la península malaya. Olas inmensas que lavaron playas y amplias zonas costeras llenas de turistas extranjeros y nacionales, junto con habitantes oriundos y recién llegados a las ricas áreas recreativas.
Las olas del Índico, tranquilas normalmente, y con una temporada de monzones definida y conocida por los marineros han resultado amenazantes y mortíferas en forma de tsunamis a lo largo del tiempo, como el de fines de 2004, todavía muy fresco en la memoria de quienes sobrevivieron al desastre en las costas indonesias y de la península malaya. Olas inmensas que lavaron playas y amplias zonas costeras llenas de turistas extranjeros y nacionales, junto con habitantes oriundos y recién llegados a las ricas áreas recreativas.
En Tailandia, el mar de Andamán, de bello azul turquesa que contrasta con el de sus aguas más profundas tragó millares de seres y borró especímenes de los tres reinos de la naturaleza, con especial ímpetu en Phuket, la región dorada del turismo tailandés que recibe en sus más de 500 kilómetros cuadrados a un millón de turistas extranjeros anualmente. 5,400 fallecidos y 8,500 heridos de acuerdo a las cifras oficiales, más los que nunca se encontraron y los que no estaban registrados, en su mayoría trabajadores migrantes.
Asia es, a decir de expertos en la materia, el continente donde sucede el 85% de los desastres naturales, casi siempre acentuados por el comportamiento humano que no prevé o no quiere establecer planes de prevención pese a la experiencia y la gravedad de la situación. Actualmente existe un sistema de alerta en el Índico impulsado por la ONU y el Centro Asiático para la Prevención de Desastres (ADPC, por sus siglas en inglés), un organismo internacional con sede en Bangkok trabaja en ello pero no siempre es escuchado.
En abril de 2012 hubo una alarma de tsunami en la paradisiaca Phuket y la prensa local criticó duramente el hecho de que los empleados de los resorts, restaurantes y otros concurridos lugares huyeran despavoridos antes de servir de apoyo a los turistas.
La falta de preparación para estos casos por parte de las autoridades y los prestadores de servicios fue evidente así como la poca existencia de avisos de evacuación. Hubo excepciones sin duda. Algunos centros vacacionales y hoteles dejan claro que la isla es una zona de tsunamis, pero debería ser la regla dada la fatídica experiencia.
El océano Índico es pues destructor pero no traicionero porque siempre avisa, aunque como al ADPC, no se le escuche.H
Copyright 2013 Texto & Fotos: Hidalgo©
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