lunes, 5 de agosto de 2013

James Bond

Desde Bangkok

Publicado:  Lunes, 5 de agosto de 2013 - 12:14 am En: Imagen en el Diario de Yucatán 


Jorge Luis Hidalgo Castellanos

 Scaramanga tenía su mansión y refugio en una pequeña isla asiática con montañas muy empinadas donde le acompañaban bellas mujeres y Nick-Nack, un enano con acento afrancesado; mayordomo, ujier y cómplice también ambicioso y con delirio de grandeza que quería dominar el mundo junto a su jefe o preferentemente solo. Únicamente había un obstáculo: 007, el agente del servicio secreto británico al que Scaramanga detestaba y que debía eliminar, pero no de cualquier manera sino directa y personalmente. Para eso era un tirador consumado, un asesino a sueldo, un sicario. Era el hombre de la pistola dorada. 

Al visitar algunos lugares costeros del sur de Tailandia los operadores de turismo ofrecen viajes en lanchas rápidas para visitar Koh Khao Phing Kan, isla cuyo característico y vertical risco, dentro del mar y frente a una de sus playas es inconfundible: de película, se llama Koh Tapú.   

Al descender del bote en la exuberante Koh Khao Phing Kan hay que meterse al mar porque no hay muelle. Así que después de saltar de la lancha con el agua hasta las rodillas se camina hasta una parte de la playa donde se ve una caverna que el tiempo ha formado a manera de techo de un vestíbulo natural. No hay nada más que arena, roca y tres mesas plegables utilizadas por algunos guías de turistas. 

Es precisamente esta parte la que aparece al abrirse el característico círculo del obturador de la cámara para ofrecer la primera escena de “El hombre de la pistola dorada” (1974), novena película de la saga de James Bond, segunda protagonizada por Roger Moore que antes había filmado El Santo para la tv. En esa toma, se ve a una mujer tomando el sol en la playa frente a la caverna que posteriormente se levanta para recibir a Scaramanga, quien sale del mar, y secarlo.

La película ubica la isla en algún lugar del territorio chino o cerca de él, pero el sitio original está en  el mar de Andamán, en la parte oriental de la bahía de Phangnga, entre otra famosa isla tailandesa, Phuket, y la parte continental, lo que le hace un lugar escondido, seguro, de los bandidos, espías y los temibles tsunamis. El paisaje de las islas y litoral en esa zona del Andaman tailandés es montañoso, con montículos calcáreos erosionados por el mar y el viento  cuyas cumbres hacen que los islotes se vean más altos que anchos, lo que les dota de un encanto.

Después de estar en “la isla de James Bond” (Koh Khao Phing Kan), el
 paseo continúa por la bahía, en otros islotes cuyas aguas se navegan en piraguas para visitar el interior de Koh Panak donde a través de un túnel natural se llega a una cueva que conduce a un manglar interior. Koh Hong es otra isla que también permite penetrar su interior en el kayak que recorre al menos 20 metros antes de poder remar en una especie de paraíso escondido en el centro de los altísimos y exuberantes cerros.  

Francisco Scaramanga (Christopher Lee) guardaba su arma secreta a base de energía solar para conquistar el mundo en su isla con talleres y laboratorios sofisticados. Los rayos solares se captaban con celdas colocadas en el islote vertical (Koh Tapú) a unos metros de su lujosa guarida.

El tour de un día en el mar, ofrece la comida en un restaurante flotante de gitanos del mar, quienes junto a una isleta mantienen adosado, contra viento y marea, un pueblito de casas construidas sobre palafitos en el mar, que inclusive tiene una mezquita de cúpula dorada, una escuela y una clínica. Viven de la pesca y del turismo. El paseo turístico tiene su última escala en la isla Na ká, donde durante hora y media se puede descansar en la playa, sumergirse en las aguas del mar o simplemente relajarse asoleándose o recibiendo la brisa en el rostro.

James Bond aterrizó en un pequeño hidroplano, proporcional a la playa de la isla. Nick-Nack le sirvió champán antes del duelo con Scaramanga quien al esfumarse de la playa obligó a 007 a entrar a la contemporánea mansión insertada en la montaña decorada con piezas prehispánica –incluyendo un mascarón-, y de otras culturas antiguas, además de colecciones de mariposas e insectos. El combate continuó en un laberinto con espejos, cámaras, maniquíes y luces donde la pistola dorada disparó sin lograr herir a Bond, cuya figura de cera pareció cobrar vida para eliminar al sicario. El laboratorio comenzó a arder pero 007 pudo escapar con la chica en un velero chino. Desde lejos vieron la isla explotar.

Al regresar del paseo y atracar al atardecer en el Real Marina de Pukhet se ven, además de varios yates que bien podrían ser usados por 007, a algunas chicas James Bond. H


Copyright 2013   Texto & Fotos: Hidalgo©

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