El mercado flotante, otro emblema de Tailandia Publicada: 7 noviembre 2011
Imágenes de los mercados flotantes de Tailandia (3)
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Tráfico en la navegación |
Tailandia es un país tropical, de tierras bajas y abundante agua que obligó a sus habitantes a vivir y a realizar sus actividades cotidianas de una singular manera, conviviendo con el agua, pero salvaguardándose de ella. Así fue durante siglos. Los mercaderes y los campesinos tuvieron que ingeniárselas para vender sus productos y lo hicieron con botes de madera, dando origen a los mercados flotantes, una de las tarjetas postales tailandesas.
La publicidad turística actual de este país presenta invariablemente a este tipo de mercados, algo único que estimula al turista a conocerlo. Sus imágenes, con pequeñas embarcaciones llenas de frutas de colores, verduras, flores, comida, artesanías y hasta aves vivas que navegan suavemente sobre las aguas de los canales son un verdadero atractivo, que para los mexicanos –toda proporción guardada- semeja a las trajineras en Xochimilco y a otros extranjeros las góndolas de Venecia.
Las frecuentes inundaciones en Tailandia, incluso las recientes, hacen recordar el hecho de que este país tiene una extensa área de su territorio con tierras bajas, particularmente en la parte central, con humedales, pantanos y caudalosos ríos. El típico paisaje rural tailandés se retrata con inmensos arrozales anegados –propios de su cultivo-, búfalos que ayudan a las tareas agrícolas, montañas tropicales y casas con estilizados techos construidas sobre palafitos. El mercado flotante es otro elemento distintivo de Tailandia en villas y ciudades, incluyendo Bangkok.
La publicidad turística actual de este país presenta invariablemente a este tipo de mercados, algo único que estimula al turista a conocerlo. Sus imágenes, con pequeñas embarcaciones llenas de frutas de colores, verduras, flores, comida, artesanías y hasta aves vivas que navegan suavemente sobre las aguas de los canales son un verdadero atractivo, que para los mexicanos –toda proporción guardada- semeja a las trajineras en Xochimilco y a otros extranjeros las góndolas de Venecia.
Las frecuentes inundaciones en Tailandia, incluso las recientes, hacen recordar el hecho de que este país tiene una extensa área de su territorio con tierras bajas, particularmente en la parte central, con humedales, pantanos y caudalosos ríos. El típico paisaje rural tailandés se retrata con inmensos arrozales anegados –propios de su cultivo-, búfalos que ayudan a las tareas agrícolas, montañas tropicales y casas con estilizados techos construidas sobre palafitos. El mercado flotante es otro elemento distintivo de Tailandia en villas y ciudades, incluyendo Bangkok.
Desde la capital pueden visitarse algunos, entre ellos el de Damnoen Saduak, a unos 100 km al suroeste de la ciudad. Toma el nombre de la villa donde se localiza y es uno de los más auténticos puesto que otros han sido construidos para fines turísticos y no cuentan con el sabor tradicional, con gente del pueblo que vive y vende ahí mismo sus productos. En realidad Damnoen Saduak tiene tres mercados que se comunican por canales acuáticos, estos son Ton Khem, Hia Kui y Khun Phitak, este último el menos congestionado.
La mejor hora para llegar a este mercado flotante es en la mañana, antes de las 9 y de preferencia a las 7, por lo que hay que madrugar dado que lleva más de una hora llegar desde Bangkok. El recorrido puede ser más largo de lo que uno pasa en el propio mercado, pero vale la pena la visita, si bien no se debe tener expectativas de que todo sea como las imágenes de las tarjetas postales o folletos. Hay que ir con ánimo de diversión y avidez cultural. El recorrido suele incluir visitas a plantaciones de coco, toda una industria en Tailandia, donde se aprovecha la planta y el fruto, produciendo derivados, en una actividad industrial integral para beneficio de la población y del país. También pueden visitarse orquidearios y otros viveros, así como pasear sobre elefantes en senderos dedicados al turismo.
Una opción más es el mercado flotante de Anphawa por el rumbo de Samut Songkhram, provincia al sur de Bangkok que, a diferencia del de Damnoen Saduak, funciona al atardecer, casi en la noche, con lo que representa una opción para quienes prefieren no levantarse temprano si bien abre sólo de viernes a domingo. Está mucho menos congestionado y recibe menos turismo extranjero, lo que no significa que haya poca gente. Un pero sería que tampoco ofrece las vistas que podrían fotografiarse en el otro, y que son las comúnmente retratadas en revistas y libros, por cierto uno de los fines de visitar este tipo de mercados para llevarse una imagen con la que después se recuerde gratamente la visita a Tailandia.
En fin, que de mañana o de tarde, existen opciones para conocer los bucólicos mercados flotantes que se han visto en películas, revistas o documentales y que explican por sí mismos que el “País de las sonrisas” es también lugar de ciénagas, donde la naturaleza debe ser respetada y dejar que el agua fluya, aunque de manera controlada, para evitar desastres y continuar sonriendo.
Copyright 2011
Fotos y Texto: Hidalgo
Fruta local a la venta |
Desde la capital pueden visitarse algunos, entre ellos el de Damnoen Saduak, a unos 100 km al suroeste de la ciudad. Toma el nombre de la villa donde se localiza y es uno de los más auténticos puesto que otros han sido construidos para fines turísticos y no cuentan con el sabor tradicional, con gente del pueblo que vive y vende ahí mismo sus productos. En realidad Damnoen Saduak tiene tres mercados que se comunican por canales acuáticos, estos son Ton Khem, Hia Kui y Khun Phitak, este último el menos congestionado.
La mejor hora para llegar a este mercado flotante es en la mañana, antes de las 9 y de preferencia a las 7, por lo que hay que madrugar dado que lleva más de una hora llegar desde Bangkok. El recorrido puede ser más largo de lo que uno pasa en el propio mercado, pero vale la pena la visita, si bien no se debe tener expectativas de que todo sea como las imágenes de las tarjetas postales o folletos. Hay que ir con ánimo de diversión y avidez cultural. El recorrido suele incluir visitas a plantaciones de coco, toda una industria en Tailandia, donde se aprovecha la planta y el fruto, produciendo derivados, en una actividad industrial integral para beneficio de la población y del país. También pueden visitarse orquidearios y otros viveros, así como pasear sobre elefantes en senderos dedicados al turismo.
Una opción más es el mercado flotante de Anphawa por el rumbo de Samut Songkhram, provincia al sur de Bangkok que, a diferencia del de Damnoen Saduak, funciona al atardecer, casi en la noche, con lo que representa una opción para quienes prefieren no levantarse temprano si bien abre sólo de viernes a domingo. Está mucho menos congestionado y recibe menos turismo extranjero, lo que no significa que haya poca gente. Un pero sería que tampoco ofrece las vistas que podrían fotografiarse en el otro, y que son las comúnmente retratadas en revistas y libros, por cierto uno de los fines de visitar este tipo de mercados para llevarse una imagen con la que después se recuerde gratamente la visita a Tailandia.
En fin, que de mañana o de tarde, existen opciones para conocer los bucólicos mercados flotantes que se han visto en películas, revistas o documentales y que explican por sí mismos que el “País de las sonrisas” es también lugar de ciénagas, donde la naturaleza debe ser respetada y dejar que el agua fluya, aunque de manera controlada, para evitar desastres y continuar sonriendo.
Vendedores en Damnoen Saduak |
Copyright 2011
Fotos y Texto: Hidalgo
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